Creo que podemos decir que hay gente a la que no le agrada la música puramente instrumental, mientras que todo mundo tiene el gusto, del tipo y género que sea, por aquella que hace uso de la voz además de los otros instrumentos. Digamos también que la generalización, como siempre, es un poco tonta, y probablemente se reduzca a una cuestión de cierta música instrumental. A fin de cuentas el new age no es igual al jazz instrumental ni al rock del mismo tipo, etcétera. Es posible que a alguien que no le guste una le encante la otra. Pero si fuéramos así de razonables entonces ya no tendría de qué escribir hoy, y por lo tanto me vale madres. Bueno, no tanto. Puntualicemos, y hablemos de rock, porque lo demás no cuenta ni existe ya que no se nada.
Entonces, creo que podemos decir que hay gente a la que no le agrada el rock instrumental, mientras que a todo mundo le gusta alguna rola con cantante(s). ¿Estará la clave en las letras? Historias contadas, expresión de emociones, poemas, protestas, y demás hacen de las letras un fuerte atractivo para descifrar de qué va lo que uno está o no escuchando (se me viene a la mente cualquier rola en la que haya un momento de silencio y el cantante continúe su línea melódica o esté recitando algo; creo que no escuchamos de la misma forma que cuando hay otro instrumento involucrado). Los desafíos y excepciones (¿quién carajos le entiende a Cedric, de Mars Volta?) son demasiado pocos como para destronar a los temas más habituales: el amor (ya comentado por mi compañero en armas), la tristeza, la felicidad (o búsqueda de ella), y demás emociones y sentimientos infinitamente recurrentes. El punto es que entendemos nuestra música a través de lo que el cantante nos dice de ella, lo cual en ocasiones difiere a lo que nosotros en primera instancia percibimos.
Tomemos como ejemplo Somebody Told Me, de The Killers. Comienza construyendo algo así como anticipación para algo explosivo, lo cual se presenta en la forma de un ritmo rápido (bailable, I love it) y sonidos electrónicos que podrían remitirnos a una pista de baile, un antro, la vida nocturna, no se, algo así. Ayuda a esta sensación el sonido de la guitarra, como algo casi de ruido de fondo junto al bajo que mantiene la tensión que desemboca en los coros. La voz de Flowers cambia poco de tono y casi siempre tiende a lo grave. Al principio es como introvertida y casi resentida, se vuelve implorante y luego, en los coros, es prácticamente electrónica. El efecto de ello a lo largo de la canción es que mantiene el tono en lo “básico”, más grave, más en la tierra, en el baile, y menos en el cielo. Es, entonces, una chida pieza para echarse a bailar y gastar energía, liberando la tensión a lo largo de la canción y no de golpe, por efecto de la rola misma. Ahora veamos las letras. Se las pongo en un vínculo. Básicamente es un wey que se quería ligar a una chava y resulta que alguien le dijo que el objeto de su ligue había tenido un novio que parecía una novia que él había tenido en febrero del año pasado. Es muy cagado. Ahora asociemos dicha letra con la música. Sí, refleja cierto sufrimiento, la tensión de intentar conocer el nombre de la chava... pero sólo al comienzo. Creo que el humor se pierde, y en realidad todo se reduce, después del impacto inicial, a un buen ritmo electrónico bailable, exento de cualesquiera implicaciones que las letras pudieran tener.
Tomemos de ejemplo contrario Microphone Fiend, una canción de Rage Against the Machine, porque en esa banda las letras y el mensaje importan muchísimo (a mí no, a ellos), más que en las demás bandas de rock en general. El ritmo es rockero; la guitarra y el bajo se desenvuelven fluidamente entre lo “fiestero” de un estilo cercano al funk y lo pesado, agresivo del rock. El sonido de la voz de De
Rápidamente hago mi argumento: la versión de Rage enfatiza mucho más el aspecto del cantante como un efecto, un operador (tenía que ser comunistoide el Zack) y su “trabajo” convertido en adicción… pero creo que no vale la pena entrar a todas esas cosas por ahora. El punto es que tiene un significado general un tanto combativo, es el músico contra el mundo y a la vez con él, etc. Asociando ese significado con la música en sí, podemos ver que se reflejan y siguen mutuamente con efectividad. El corito de “I’m an E-F-F-E-C-T” con silencio de fondo seguido por los guitarrazos te da ganas de levantarte y gritar YEAH MOTHERFUCKER y hacer cosas, cualquier cosa. En otras palabras, letras y música coinciden en un ánimo general que hace de este cover un buen ejemplo donde todo va de la mano y no hay que descifrar realmente nada.
Estoy consciente de que probablemente esté lleno de mierda, y que Somebody Told Me sea más coherente que Microphone Fiend. Whatever. Creo que por lo pronto puedo decir que en el rock no instrumental la letra es tan ventajosa como desventajosa, precisamente porque lo que hay a interpretar son palabras cuya carga es a veces muy compleja, y la música, a menos que ignoremos las letras por completo, no puede tener un curso distinto en nuestras mentes dementes psicomentes. Seguiré hablando de estas pendejadas en otra ocasión, para que no se alargue el post. Hasta pronto, amigos.
PD: Ya viene el nuevo disco de Kayo Dot. Como buen fanboy, checo el pinche sitio diario y no lo actualizan. “Mid March”, dicen, y ya no falta mucho para eso. ¡Estoy emocionado, carajo!