El valor de las cosas es relativo. Cada quién le imprime un significado preciso (o no tanto) a los objetos que lo rodean, algo que no comparten con los demás explícitamente. Por supuesto, ocurre lo mismo con los discos y con la música que contienen. Tal vez ese disco te lo regaló una persona especial. Tal vez te lo encontraste tirado en el metro y dijiste "hey, qué cagado, un disco de alt-cumbias, bato, me lo voy a llevar". Tal vez bajaste esa canción de internet porque un buen amig@ (hahaha lo siento tenía que usar la manera fresimbécil de distinguir géneros en forma políticamente correcta... sí, eso me hace un fresimbécil también) te la recomendó. Tal vez se la dedicaste a alguien. Tal vez te recuerde a la secundaria, al kinder, no se, al estómago de tu jefa cuando te ponía la grabadora en tu jeta de feto antes de que nacieras.
Pues ese mismo disco, esa misma rola que tanto aprecias de seguro a alguien más le parece intrascendente. Y qué bien, porque así podemos intercambiar opiniones, encontrarle nuevos aspectos a música que ya tenemos casi idealizada. Qué bien, porque así nos salimos de nuestras respectivas burbujas. Y a la vez qué mal (en cierto sentido), porque ese particular valor, tal como era, se pierde para siempre. Había una canción que me gustaba mucho y que, cuando empecé a liberar mi música, a dejar de hacerla sólo mía y compartirla, se la dediqué a una chavala que me latía; me emocionaba escucharla y la ponía día tras día. Era "Morning in the Moonlight", de Saves the Day, y fue la primera canción que le di a alguien con esa intención. Me sigue gustando, pero ya no evoca nada, y más curioso aún, me he dado cuenta de que no tiene nada de dedicable. En su momento me provocaba cierto estado de ánimo, estoy consciente de ello, pero me encuentro imposibilitado en cuanto a saber con exactitud cuál y qué era lo que sentía; ya no recuerdo qué vi en ella (tanto la canción como la chava) que me hizo decir bambi, es para ti de mi, o cualquier pendejada que haya dicho. No es algo malo, es más, qué mejor, pero cuando algo de valor se pierde, sólo nos queda la nostalgia.
Sí, me gusta Saves the Day, ya pueden dejar de reírse, tarad@s.
Pero basta de digresiones. El punto de todo eso era decir que voy a presentarles dos discos que son muy valiosos... y creo que todo lo dicho arriba era como una nota al pie después de esta última palabra. En todo caso sirvió de aclaración, porque estos discos son de gran valor tanto personal como, en una proyección por entero subjetiva que pretende involucrarse con un ámbito de "objetividad", en general para el tipo de música al que pertenecen. Creo que ninguno de los dos han tenido el reconocimiento que se merecen, a pesar de tener su público y fans como yo. ¿Por qué? Creo que porque no están dirigidos por fórmulas comunes, pero también porque sus particulares innovaciones no son lo suficientemente aventuradas (en el ámbito de la música "popular", por supuesto), como por ejemplo, en el caso de John Zorn y su violencia desmedida, sino que son más moderadas y su ingenio, más limitado, se expresa de manera distinta. En ese justo medio entre la regla y la diferencia parece que no mucha gente presta atención suficiente, a pesar de que discos como estos son verdaderos oasis en un desierto lleno de conciliadores mediocres como This Will Destroy You, el último disco de A Silver Mt. Zion, M83, Hot Chip, los jotos de Joy Wants Eternity y demás porquerías que nos llegan hoy en día hasta el Ghosts de NIN.
El primer disco del que les hablaré es The Sentinel, de la banda sueca Aerial. Basado en el cuento de Arthur C. Clarke, el álbum nos lleva a través de una expresiva historia de ideas que no se relacionan mucho con la ciencia ficción, sino con emociones fuertemente asociadas a melodías elegantes a veces delicadas, a veces intensas, que nos llevan a exclamar, junto con aquél personaje de aquella película famosa, "My God, it's full of stars!". Las armonías se entrelazan y sobreponen en rolas como la que lleva por nombre esa misma exclamación hasta desenvolverse con estruendo muy al estilo de Explosions in the Sky. Entre cada manifestación de elocuente grandiosidad hay pistas ambientales que en primera instancia parecen prescindibles, sobre todo después de las imparables emociones suscitadas por las pistas más rockeras, pero que si escuchamos más de cerca podemos notar su nivel de artesanía, su importante función de "calma después de la tormenta". Así disfrutamos más de la trama que el disco elabora, nos adentramos en su forma concisa de expresar sentimientos complejos en melodías y armonías:
hay una cierta sensación de inevitabilidad activa ante el sueño último, entre introvertida y extrovertida, que nos lleva a conmovernos positivamente cuando la voz llega a la línea que dice "... we will all die." No hay aquí ningún "aprovecha el tiempo que te queda" ni "vive al máximo" ni estupideces de ese tipo que tanto llaman la atención cuando es uno adolescente. Hay aceptación, y superación, al mismo tiempo. ¿No es eso chingón?
Pasamos por la poderosa "46th Street", una magistral muestra del bien que puede hacer la distorsión y la disonancia por el rock semi-instrumental, en la que hallamos una hermosa y polifónica melancolía de sueños y recuerdos que parecieran deshacerse y revivir en contra de nuestra voluntad. Continúa en esta línea "Walk With Me", coronada por una tranquilidad situada entre la tristeza y la felicidad que se rompe gloriosamente con una deconstrucción ruidosa y disonante.
"The Dark Star Deleters" tiene una melodía inicial que es llamativa, emocional, si quieren "femenina" y que de forma invariable atrapa a la audiencia con su delicadeza; activa el corazón y se lo lleva a las estrellas, encerradas en la infinitud del oscuro espacio en el que no encontramos nada más que proyecciones propias; descubrimos que esas estrellas tienen formas que nosotros mismos ideamos y es casi imposible no sonreír. Las pistas finales son recapitulaciones tipo los ya mencionados Explosions in the Sky, meditaciones al borde de la intranquilidad que nos dejan inmersos en quién sabe cuántos sentimientos simultáneos.
Este disco es valioso porque, a diferencia de esa última banda, las construcciones de Aerial son precisas y su fuerza es continua, a pesar de que parta también de los momentos de tranquilidad y de ejercer el ya choteado sistema de quiet-loud-quiet y sus distintas variaciones. Sus melodías tienen una intensidad sentimental gratificante que se aumenta con los aspectos más experimentales en cuanto a disonancia y el ya casi típico rompimiento de los coros. Esto, señor@s, es el rock instrumental (o post rock, como quieran) en una de sus más finas expresiones. Es como una versión ultrarrefinada que sabe a qué atenerse y cómo llevar a cabo sus propósitos. Este disco también es valioso porque en mí despierta todo lo que he vivido emocionalmente este último año or so, y es en verdad el único álbum (en su totalidad) que ha logrado algo así en mi persona. Así que ya saben por qué The Sentinel es una cosa valiosa. Espero que lo aprecien y que para ustedes también lo sea.
Vínculo:
Escucha a Aerial en Last.fm
Desafortunadamente no pude encontrar un vínculo para bajar el disco completo. Está en Soulseek, o si lo quieren ya saben, se los paso. Ya les pondré el siguiente disco en otro post. Mientras tanto, have a nice day, motherfuckers!
martes, 24 de junio de 2008
viernes, 13 de junio de 2008
Estúpido mainstream, que en paz descanse
Las superestrellas han dejado de existir. Ninguna banda se hace repentinamente famosa y millonaria por un disco, un concierto, un no se qué. Todas esas cosas ya son notas culturales del siglo pasado. Las que había lo siguen siendo, pero de ahí en fuera ya no ha surgido nadie que tenga la misma "importancia" y que sea tan significativo como pudieron haberlo sido hace diez años. Las superestrellas se han hecho fugaces: 50 Cent duró un par de años, Eminem hizo hasta una película y hoy en día a nadie le interesa qué chingados está haciendo. [Estoy generalizando, lo se, pero creo que está por entero justificada.] En cambio, todo un ejército de pendejos y no tan pendejos de 40 años o más están al tanto de dónde esta Axl Rose, en qué videos sale, y bajando los singles del legendario Chinese Democracy. Guns n' Roses no sólo tuvo relevancia (salvando al mainstream de gente como Paul Stanley y sus hordas transexuales) sino que también tuvo influencia sobre toda una generación de rockeros que en sus buenos tiempos todavía aventaban las sillas al escenario y golpeaban a los de seguridad privada.
Hoy en día, ¿quién nos representa, quién nos levanta y nos une? Nadie más que nosotros mismos. La distribución de amplísimo alcance por medio de internet ha convertido a todos en expertos de su propio estilo de música elegido. Hasta la gente que escucha más Billboard que otra cosa conoce al menos una banda que ninguno de sus allegados ha visto jamás, tiene un amigo en MySpace que tiene un grupo que conoce al hermano de un chavo que toca... etcétera, se podrán dar una idea. "Ubicas a..." es una pregunta más común que antes, y hablo de un antes que todavía le tocó a gente anciana como nosotros. Hace como cinco años, poco más, poco menos, aún hablábamos de música en términos de "te gusta..."; muchos de nosotros todavía usamos esa expresión como resabio del toque del mainstream, convencidos de que ahí está y todavía existe. Creo que aplica el dicho de que la gente conoce cada vez más de cada vez menos, pero en la música tal vez no sea eso algo tan malo.
¿Hay todavía un mainstream del cuál podamos hablar? Parecería que sí. Todos saben quién es Rihanna, aunque nunca hayan escuchado una rola de ella en sus vidas. Esas personas, esas falsas estrellas, salen todavía en los periódicos, revistas, y algunos programas de televisión. Digo falsas estrellas porque ya no representan un modo de vida, un patrón de experiencia que podemos ver a detalle en los medios de comunicación y que podemos comparar con el propio, ya no unen a nadie bajo su bandera y están más cerca de lo que en verdad son o deberían ser: músicos. El rockstar es ya sólo una leyenda: los Grammys son un chiste, los MTV Awards son pura farola y ya nadie quiere estar bajo el lente de los medios, porque no le están hablando absolutamente a nadie. Están solos en sus campañas de publicidad, son un entorno autorreferencial; se dan palmadas a la espalda entre sí y dicen "qué bien que le dimos el Grammy a Herbie Hancock y no a Kayne West" como si a alguien todavía le importara. A nadie le importa, porque adquirir música ya no es una comodidad, es una necesidad que además está al alcance de la mano. Vale verga a quién le den un reconocimiento. Sin ser fans, la gente un día se va a encontrar una rola de Herbie Hancock y le va a gustar. ¿Qué va a hacer? No creo que vaya a MTV a ver si están pasando sus videos. Tampoco creo que vaya a sitios "serios" de reseñas para ver si un pendejo que no sabe nada aprueba o no de su gusto. Si le late, la va a buscar, la va a bajar (probablemente gratis), la va a poner en su Ipod, y se va a hacer dueño de esa música sin importarle lo que piensen los medios. Por eso los rockstars y las superestrellas ya no son más; las disqueras están desplomándose y los medios con ellas. Éstos no saben a quién hacerle caso, y como quienes tienen el dinero (todavía) son las compañías, entonces ponen a Mariah Carey en el spotlight, pero sólo para ellos sigue significando algo.
Un paréntesis curioso pero muy relevante a lo que sigue: vi en el periódico una pequeña nota en la que un compilador de no se qué libro de poesía o algo así veía en los autores que participaron lo que ahí llamó el "fenómeno mixup". Suena estúpido, y lo es. Decía que ocurre que el pasillo de discos clasificados como Alternativo era ya de mucho mayores proporciones que el de Pop. Según él, era algo bueno, porque mostraba inconformidad. Pero él es un retrasado mental, y cree que las etiquetas en verdad significan algo. No pudo percatarse de que, en realidad, lo alternativo ya no lo es. El "género" del Alternativo surgió en la era de las superestrellas. Si no escuchabas a los rockstars, entonces lo que escuchabas era eso, una alternativa. Hoy en día una banda que en verdad no toca cosas ni bonitas ni remotamente tontas como Radiohead es de las más escuchadas del rock en su conjunto. Hay covers de "Creep" versión bossa nova, for fuck's sake. Si eso no es "conformidad" no se qué es. En todo caso Radiohead ya no es alternativo. Es Pop, aunque no en términos de estilo, sino en términos de etiqueta como lo estaba viendo el wey ese del libro. En nuestra época, donde las superestrellas se reducen a residuos del pasado y en donde a nadie le interesa lo que dicen los medios de comunicación ni las disqueras, nos quedamos solos. Y 'solos' algo falsamente, pues seguimos haciendo nuestras decisiones en conjunto, nos seguimos apoyando en nuestros amigos y conocidos ("Hasta Yngwie Malmsteen tiene fans", dice un cuate de last.fm) y seguimos regalando discos y recomendando a nuestras bandas favoritas.
¿Qué es el mainstream hoy en día? ¿Qué es lo Pop? ¿Dónde están mis calzones? Estas preguntas son bastante importantes, y no pretendo resolveras hoy, aquí y ahora. Empecemos no por definir, sino por situar. Podría ser que ya no hay un mainstream, en singular, sino varios. Corresponderían a grupos de personas que comparten ya no sólo su experiencia de vida, como los amigos, sino también ciertos gustos, como los numerosos grupos en internet en torno a X o Y tipo de música y los miles de blogs que se dedican a promover un solo género, cierto tipo de artistas, y cosas por el estilo. Tendrían además varios niveles, pues todos en un grupo conocen a ciertas bandas y son influidos por ellas, pero es muy probable que todos y cada uno de sus miembros conozcan otro tipo de música de la que el resto no está consciente. Para los fans de la música electrónica, Aphex Twin es mainstream, por completo, y estoy casi seguro de ello. Para los fans del ska, Aphex Twin podría ser una referencia bastante desconocida. Ahora bien, aquí ya estoy haciendo generalizaciones mucho menos estables que las anteriores, por lo siguiente.
Hoy en día, a diferencia de hace años, todos escuchan TODO tipo de música. Me vale verga que digan que a los fresas puro indie Radio Ibero, porque ahí también ponen a Franz Ferdinand seguido de The Black Kids, y no, "indie" no es un buen término para describirlos a ambos, ni mucho menos ponerlos cara a cara en un mismo lugar. Los nuevos festivales de música reflejan la primera noción. Las compañías como OCESA en México, que tanto les gusta organizar fests, parecen ya no tener ni la menor idea de cómo organizarlos ("¿My Chemical Romance y The Mars Volta en el mismo sitio? ¡Blasfemia!"). Al contrario, no son idiotas, y creo que están muy al tanto de lo que está ocurriendo con la implotante industria musical y la gente que está ávida de conciertos. 65daysofstatic le abrió a The Cure en el tour de este año, por ejemplo. Cuando encuentren una conexión musical entre ambos me avisan. Ya se que Robert Smith los escogió personalmente para que les abrieran, y siendo The Cure pues supongo que ya no importa quién te abra, y ese wey pudo haberlos llevado como mascotas. Da igual, porque la gente compra sus boletos y ve a ambos grupos, los conoce, y hay la posibilidad de que les guste. Por cosas como estas nuestros gustos son cada vez más variados, más ricos, tal vez más tolerantes. Y por cosas como estas queda en duda la existencia de cualquier mainstream, porque mainstream significa no sólo amplio alcance y reconocimiento sino influencia e injerencia. Por lo tanto ¿de verdad amerita llamarle mainstream a aquello que tan sólo es conocido por mucha gente, como la mentada (hehe) Rihanna, o como Aphex Twin en los grupos de fans de la electrónica?
Creo que aquí podemos intentar darle una definición a la etiqueta de Pop, como "lo conocido por Chucho, Juana, y El Éter". Como estilo sigue siendo el mismo, eso que ni qué, pero con la variedad de nombres de géneros contra la que ya hemos hablado en este blog, a veces creo que es más pertinente usar la palabra en su forma de etiqueta, como algo implicativo y no como algo significativo, porque cada vez es más confuso el habla coloquial en cuanto a estilos. En todo caso creo que habría que hacer una precisión; el Pop denomina a la música que sabemos que todo mundo, nuestro mundo, conoce (y de ahí lo implícito). Cuando yo conocí a Ruins, pensaba que era el único. Ninguno de mis amigos los ubicaba, y en realidad a ninguno le gustaba. Pero luego navegando por internet me di cuenta de que a un chinguérrimo de gente le gustaba, y lo confirmé cuando fui al Japanese New Music Festival hace como dos años en el Alicia y estaba bien pinche lleno. Claro, no todos sabían quiénes eran (una chava ahí con la que... este... hablé, me dijo que no los conocía), pero al menos estaban interesados en ver de qué se trataba. Sabía, entonces, que mucha gente los tenía en su consciencia, pero no todos. En cambio, si le preguntan a cualquier vato que si ha oído hablar de Madonna, estoy seguro que les va a decir que sí. Algunos hasta se reirán de lo estúpida que les parece la pregunta. Eso es, creo yo, el Pop, y no el mainstream.
Para concluir este largo debraye, diré que no, que ya no hay mainstream, y confirmo que las superestrellas han cesado de existir. Existe, más bien, el Pop. El Pop no implica reconocimiento ni influencia. Madonna me puede lavar los huevos si quiere; de mí no tiene ningún respeto, ni su música ni su persona. Nirvana ya carece de importancia. A todo mundo le gusta, todo mundo los conoce, aunque cada vez menos y ya nadie intenta ser como ellos; a nosotros todavía nos tocó crecer con el grunge en la cabeza, pero pregúntenle mañana a cualquier adolescente "cool" qué es lo que escucha y les va a contestar que los Arctic Monkeys, Interpol, She Wants Revenge, y me estoy yendo por lo viejo. Además, lo más notorio es que esa música no los une como yo supongo que en su tiempo "Smells Like Teen Spirit" unió a su audiencia. Nuestra generación tampoco pudo sentir eso, a pesar de escuchar "Jeremy" una y otra vez y emocionarnos cuando alguien más la ponía en su radioestéreo. Rodeados por la explosión de la música gratuita, todos alcanzábamos hacia donde el destino guiara nuestras manos. En esa extraña adolescencia yo encontré el post-rock, otros encontraron el metal, otros siguieron escuchando las mismas cosas durante años. El dicho es mentira, la música ya no nos une. Nos separa ampliamente, decisivamente. Por eso para mí es muy importante regalarla, porque así nos acercamos aunque sea un poco. Por eso también es importante seguir escuchando de todo, abrirse y dejar entrar al otro. Por eso es tan importante el Pop, aunque todo mundo le eche tierra y diga que es mejor lo alternativo, lo "desconocido". Yo se que aquellos que se engañan a sí mismos felicitándose porque según conocen una banda que nadie más ha escuchado (falacia en sí misma porque si la bajas de internet, alguien la puso, alguien ya la escuchó, alguien la hizo y alguien la está distribuyendo...) de todas formas lo hacen siempre frente a otra persona, y en ello, sin saberlo, encuentran un alivio enorme. But I digress.
El Pop es incluyente, y tampoco implica el conformismo. Radiohead, Björk, Iron Maiden, etc.; ninguno hace música pasiva, que no trate de despertar algo significativo en su público, sino al contrario, y díganme si no son bastante Pop en los términos aquí expuestos. Es por eso que las bandas siguen aspirando a ser Pop, sin importar su condición, ni su valía, ni sus ideas al respecto. Quieren salir y ser conocidos, ser apreciados, porque así es como funciona la música hoy en día y el objetivo no es limitarla sino hacerla grande y libre mientras nosotros con ella nos libramos a la vez de todo lo que el viejo mainstream implicaba, con sus Alternativos y sus superestrellas tan esclavizantes. Por eso cuando hay alguien que dice que no le gusta Björk podemos decir "bueno" y seguir con nuestras vidas. Por eso Kayo Dot hace música inclasificable y ya no importa que no podamos ponerla bajo el altar de tal o cual género en el que al centro estaba siempre la estatua de algún rockstar, algún héroe con el cual hacer comparaciones. Anarquía y libertad, amigos, anarquía y libertad.
En fin, espero haber traído bien y claro a colación el tema, y espero que ustedes tengan alguna opinión al respecto que quieran compartir. Ya se que fue muy largo, pero ya ven, tenía rato que no escribía nada. Peace.
Hoy en día, ¿quién nos representa, quién nos levanta y nos une? Nadie más que nosotros mismos. La distribución de amplísimo alcance por medio de internet ha convertido a todos en expertos de su propio estilo de música elegido. Hasta la gente que escucha más Billboard que otra cosa conoce al menos una banda que ninguno de sus allegados ha visto jamás, tiene un amigo en MySpace que tiene un grupo que conoce al hermano de un chavo que toca... etcétera, se podrán dar una idea. "Ubicas a..." es una pregunta más común que antes, y hablo de un antes que todavía le tocó a gente anciana como nosotros. Hace como cinco años, poco más, poco menos, aún hablábamos de música en términos de "te gusta..."; muchos de nosotros todavía usamos esa expresión como resabio del toque del mainstream, convencidos de que ahí está y todavía existe. Creo que aplica el dicho de que la gente conoce cada vez más de cada vez menos, pero en la música tal vez no sea eso algo tan malo.
¿Hay todavía un mainstream del cuál podamos hablar? Parecería que sí. Todos saben quién es Rihanna, aunque nunca hayan escuchado una rola de ella en sus vidas. Esas personas, esas falsas estrellas, salen todavía en los periódicos, revistas, y algunos programas de televisión. Digo falsas estrellas porque ya no representan un modo de vida, un patrón de experiencia que podemos ver a detalle en los medios de comunicación y que podemos comparar con el propio, ya no unen a nadie bajo su bandera y están más cerca de lo que en verdad son o deberían ser: músicos. El rockstar es ya sólo una leyenda: los Grammys son un chiste, los MTV Awards son pura farola y ya nadie quiere estar bajo el lente de los medios, porque no le están hablando absolutamente a nadie. Están solos en sus campañas de publicidad, son un entorno autorreferencial; se dan palmadas a la espalda entre sí y dicen "qué bien que le dimos el Grammy a Herbie Hancock y no a Kayne West" como si a alguien todavía le importara. A nadie le importa, porque adquirir música ya no es una comodidad, es una necesidad que además está al alcance de la mano. Vale verga a quién le den un reconocimiento. Sin ser fans, la gente un día se va a encontrar una rola de Herbie Hancock y le va a gustar. ¿Qué va a hacer? No creo que vaya a MTV a ver si están pasando sus videos. Tampoco creo que vaya a sitios "serios" de reseñas para ver si un pendejo que no sabe nada aprueba o no de su gusto. Si le late, la va a buscar, la va a bajar (probablemente gratis), la va a poner en su Ipod, y se va a hacer dueño de esa música sin importarle lo que piensen los medios. Por eso los rockstars y las superestrellas ya no son más; las disqueras están desplomándose y los medios con ellas. Éstos no saben a quién hacerle caso, y como quienes tienen el dinero (todavía) son las compañías, entonces ponen a Mariah Carey en el spotlight, pero sólo para ellos sigue significando algo.
Un paréntesis curioso pero muy relevante a lo que sigue: vi en el periódico una pequeña nota en la que un compilador de no se qué libro de poesía o algo así veía en los autores que participaron lo que ahí llamó el "fenómeno mixup". Suena estúpido, y lo es. Decía que ocurre que el pasillo de discos clasificados como Alternativo era ya de mucho mayores proporciones que el de Pop. Según él, era algo bueno, porque mostraba inconformidad. Pero él es un retrasado mental, y cree que las etiquetas en verdad significan algo. No pudo percatarse de que, en realidad, lo alternativo ya no lo es. El "género" del Alternativo surgió en la era de las superestrellas. Si no escuchabas a los rockstars, entonces lo que escuchabas era eso, una alternativa. Hoy en día una banda que en verdad no toca cosas ni bonitas ni remotamente tontas como Radiohead es de las más escuchadas del rock en su conjunto. Hay covers de "Creep" versión bossa nova, for fuck's sake. Si eso no es "conformidad" no se qué es. En todo caso Radiohead ya no es alternativo. Es Pop, aunque no en términos de estilo, sino en términos de etiqueta como lo estaba viendo el wey ese del libro. En nuestra época, donde las superestrellas se reducen a residuos del pasado y en donde a nadie le interesa lo que dicen los medios de comunicación ni las disqueras, nos quedamos solos. Y 'solos' algo falsamente, pues seguimos haciendo nuestras decisiones en conjunto, nos seguimos apoyando en nuestros amigos y conocidos ("Hasta Yngwie Malmsteen tiene fans", dice un cuate de last.fm) y seguimos regalando discos y recomendando a nuestras bandas favoritas.
¿Qué es el mainstream hoy en día? ¿Qué es lo Pop? ¿Dónde están mis calzones? Estas preguntas son bastante importantes, y no pretendo resolveras hoy, aquí y ahora. Empecemos no por definir, sino por situar. Podría ser que ya no hay un mainstream, en singular, sino varios. Corresponderían a grupos de personas que comparten ya no sólo su experiencia de vida, como los amigos, sino también ciertos gustos, como los numerosos grupos en internet en torno a X o Y tipo de música y los miles de blogs que se dedican a promover un solo género, cierto tipo de artistas, y cosas por el estilo. Tendrían además varios niveles, pues todos en un grupo conocen a ciertas bandas y son influidos por ellas, pero es muy probable que todos y cada uno de sus miembros conozcan otro tipo de música de la que el resto no está consciente. Para los fans de la música electrónica, Aphex Twin es mainstream, por completo, y estoy casi seguro de ello. Para los fans del ska, Aphex Twin podría ser una referencia bastante desconocida. Ahora bien, aquí ya estoy haciendo generalizaciones mucho menos estables que las anteriores, por lo siguiente.
Hoy en día, a diferencia de hace años, todos escuchan TODO tipo de música. Me vale verga que digan que a los fresas puro indie Radio Ibero, porque ahí también ponen a Franz Ferdinand seguido de The Black Kids, y no, "indie" no es un buen término para describirlos a ambos, ni mucho menos ponerlos cara a cara en un mismo lugar. Los nuevos festivales de música reflejan la primera noción. Las compañías como OCESA en México, que tanto les gusta organizar fests, parecen ya no tener ni la menor idea de cómo organizarlos ("¿My Chemical Romance y The Mars Volta en el mismo sitio? ¡Blasfemia!"). Al contrario, no son idiotas, y creo que están muy al tanto de lo que está ocurriendo con la implotante industria musical y la gente que está ávida de conciertos. 65daysofstatic le abrió a The Cure en el tour de este año, por ejemplo. Cuando encuentren una conexión musical entre ambos me avisan. Ya se que Robert Smith los escogió personalmente para que les abrieran, y siendo The Cure pues supongo que ya no importa quién te abra, y ese wey pudo haberlos llevado como mascotas. Da igual, porque la gente compra sus boletos y ve a ambos grupos, los conoce, y hay la posibilidad de que les guste. Por cosas como estas nuestros gustos son cada vez más variados, más ricos, tal vez más tolerantes. Y por cosas como estas queda en duda la existencia de cualquier mainstream, porque mainstream significa no sólo amplio alcance y reconocimiento sino influencia e injerencia. Por lo tanto ¿de verdad amerita llamarle mainstream a aquello que tan sólo es conocido por mucha gente, como la mentada (hehe) Rihanna, o como Aphex Twin en los grupos de fans de la electrónica?
Creo que aquí podemos intentar darle una definición a la etiqueta de Pop, como "lo conocido por Chucho, Juana, y El Éter". Como estilo sigue siendo el mismo, eso que ni qué, pero con la variedad de nombres de géneros contra la que ya hemos hablado en este blog, a veces creo que es más pertinente usar la palabra en su forma de etiqueta, como algo implicativo y no como algo significativo, porque cada vez es más confuso el habla coloquial en cuanto a estilos. En todo caso creo que habría que hacer una precisión; el Pop denomina a la música que sabemos que todo mundo, nuestro mundo, conoce (y de ahí lo implícito). Cuando yo conocí a Ruins, pensaba que era el único. Ninguno de mis amigos los ubicaba, y en realidad a ninguno le gustaba. Pero luego navegando por internet me di cuenta de que a un chinguérrimo de gente le gustaba, y lo confirmé cuando fui al Japanese New Music Festival hace como dos años en el Alicia y estaba bien pinche lleno. Claro, no todos sabían quiénes eran (una chava ahí con la que... este... hablé, me dijo que no los conocía), pero al menos estaban interesados en ver de qué se trataba. Sabía, entonces, que mucha gente los tenía en su consciencia, pero no todos. En cambio, si le preguntan a cualquier vato que si ha oído hablar de Madonna, estoy seguro que les va a decir que sí. Algunos hasta se reirán de lo estúpida que les parece la pregunta. Eso es, creo yo, el Pop, y no el mainstream.
Para concluir este largo debraye, diré que no, que ya no hay mainstream, y confirmo que las superestrellas han cesado de existir. Existe, más bien, el Pop. El Pop no implica reconocimiento ni influencia. Madonna me puede lavar los huevos si quiere; de mí no tiene ningún respeto, ni su música ni su persona. Nirvana ya carece de importancia. A todo mundo le gusta, todo mundo los conoce, aunque cada vez menos y ya nadie intenta ser como ellos; a nosotros todavía nos tocó crecer con el grunge en la cabeza, pero pregúntenle mañana a cualquier adolescente "cool" qué es lo que escucha y les va a contestar que los Arctic Monkeys, Interpol, She Wants Revenge, y me estoy yendo por lo viejo. Además, lo más notorio es que esa música no los une como yo supongo que en su tiempo "Smells Like Teen Spirit" unió a su audiencia. Nuestra generación tampoco pudo sentir eso, a pesar de escuchar "Jeremy" una y otra vez y emocionarnos cuando alguien más la ponía en su radioestéreo. Rodeados por la explosión de la música gratuita, todos alcanzábamos hacia donde el destino guiara nuestras manos. En esa extraña adolescencia yo encontré el post-rock, otros encontraron el metal, otros siguieron escuchando las mismas cosas durante años. El dicho es mentira, la música ya no nos une. Nos separa ampliamente, decisivamente. Por eso para mí es muy importante regalarla, porque así nos acercamos aunque sea un poco. Por eso también es importante seguir escuchando de todo, abrirse y dejar entrar al otro. Por eso es tan importante el Pop, aunque todo mundo le eche tierra y diga que es mejor lo alternativo, lo "desconocido". Yo se que aquellos que se engañan a sí mismos felicitándose porque según conocen una banda que nadie más ha escuchado (falacia en sí misma porque si la bajas de internet, alguien la puso, alguien ya la escuchó, alguien la hizo y alguien la está distribuyendo...) de todas formas lo hacen siempre frente a otra persona, y en ello, sin saberlo, encuentran un alivio enorme. But I digress.
El Pop es incluyente, y tampoco implica el conformismo. Radiohead, Björk, Iron Maiden, etc.; ninguno hace música pasiva, que no trate de despertar algo significativo en su público, sino al contrario, y díganme si no son bastante Pop en los términos aquí expuestos. Es por eso que las bandas siguen aspirando a ser Pop, sin importar su condición, ni su valía, ni sus ideas al respecto. Quieren salir y ser conocidos, ser apreciados, porque así es como funciona la música hoy en día y el objetivo no es limitarla sino hacerla grande y libre mientras nosotros con ella nos libramos a la vez de todo lo que el viejo mainstream implicaba, con sus Alternativos y sus superestrellas tan esclavizantes. Por eso cuando hay alguien que dice que no le gusta Björk podemos decir "bueno" y seguir con nuestras vidas. Por eso Kayo Dot hace música inclasificable y ya no importa que no podamos ponerla bajo el altar de tal o cual género en el que al centro estaba siempre la estatua de algún rockstar, algún héroe con el cual hacer comparaciones. Anarquía y libertad, amigos, anarquía y libertad.
En fin, espero haber traído bien y claro a colación el tema, y espero que ustedes tengan alguna opinión al respecto que quieran compartir. Ya se que fue muy largo, pero ya ven, tenía rato que no escribía nada. Peace.
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