Jazkamer - Art Breaker

Luigi Russolo fue creo que el primero en darle el visto bueno al ruido entendido como música al menos desde 1913. Como futurista que era, vio en el caos y la agitación urbana el nuevo paradigma del arte en general. La destrucción del arte antes de ellos era no sólo necesaria, era esencial para la entrada en la modernidad. Poco después, inspirados en las ideas de los futuristas, los dadaístas de Tristan Tzara dieron el siguiente paso en esas ideas de destrucción - crear el anti-arte a través del sinsentido y un profundo cuestionamiento acerca de sus principios, teóricos y prácticos. Fast forward hasta mediados de siglo, cuando John Cage creó 4:33, una obra de puro 'silencio' en la cual la música está compuesta por el ruido ambiental. Más o menos por el mismo tiempo, la música electrónica tuvo sus primeros momentos de gloria con gente como La Monte Young y Stockhausen haciendo sus maldades, que si las han escuchado, tal vez concuerden conmigo cuando digo que son tan abstractas como el 'ruido' de John Cage pero que conservan el toque mágico de "está hecho por un artista", cosa que Cage había, más o menos, destruido en música con su pieza y otras más.

Realmente no quiero echarles más choro, pero creo que tener eso en mente podría ser chido a la hora de considerar esta gemita del noise, publicada el año pasado de 2008. Jazkamer, un colectivo de noruega dedicado a la "experimentación sonora", nos pone el mismo reto que nos pusieron los modernistas hace cien años: un disco llamado Art Breaker que se dispone a ponernos a pensar en qué es la música desde el ámbito popular, el cual se ha encargado por sí solo de hacer "fallar" al modernismo. Sin embargo, Jazkamer sigue poniendo el reto, y qué buen reto, pues puede aplicarse tanto a los creadores que dicen estar haciendo 'arte' como a los que le dicen 'arte' a algo que tal vez no lo es (en intención, en producción...). En Art Breaker, cada rola tiene un título que parte de frases de distintos filósofos y escritores que supuestamente son reveladoras, profundas, importantes. Pero ¿cuál es su contenido? Puro ruido, puros gritos, pura destrucción electrónica. A la vez, las frases son en verdad interesantes. Además, son 58 en total. 58 piezas que en total duran 17 minutos (y el disco es tan agresivo que 17 minutos es suficiente). Es demasiado, es tanta información y tanto pensamiento tan concentrado que no hay más que quedarse atónito: la mente va demasiado rápido, tan rápido como el sonido, y la consciencia no puede hacer mucho por poner orden. La cabeza se rompe, ya no sólo el arte, haha. La portada está hecha en el mismo espíritu y puede suscitar algunos buenos debrayes por igual.

En fin. Mi propósito, a diferencia de otros posts hechos antes, era nada más dar unas líneas sugerentes para que la experiencia sea más chida, en lugar de intentar explicar la mía. Les pongo el disco en Rapidshare (¡me tardé una hora en subirlo!). También, si les interesa saber el autor de cada frase, aquí les pongo un blog en el que un tipo de noruega o fuck knows where se puso a investigar... es, de menos, interesante.

Destroy me

Disfrútenlo, y díganme lo que piensan!