martes, 26 de mayo de 2009

Jamie Saft - Black Shabbis

Heavy metal judío. Digo, si existe el cristiano, por qué no. Pero, a diferencia de éste, el judío tiene toda una gran tradición musical detrás sobre la cual puede soportarse (digo, el cristiano también, pero no pasan de un par de notas de órgano y tal vez unos cantos semi-gregorianos). Otra diferencia es que, en realidad, no existe. Pero para eso está Jamie Saft; si Zorn, la Cracow Klezmer Band, et al se han encargado de definir una "radical jewish culture" a través del modernismo (uno que no se pone nervioso ante la idea de utilizar el sonido de las 'vanguardias populares'), el señor Saft, un tanto famoso por su colaboración con Merzbow en uno de sus Merzdubs, nos ha traído un disco en el que lo judío se define a través de la burla, la teatralidad y el drama - y ¿qué género tiene más posibilidades de dramatismo y teatralidad que el heavy metal (digo, aparte de la religión misma)? En los extremos de cada estilo musical hay una escena, pero creo que la más recurrentemente over-the-top es la del metal. Check it out:



Jamie Saft describe la maldad en términos de violencia intestina, física, caótica. Pero no se imaginen a un asesino, sino a los Looney Tunes, si la portada caricaturesca es un indicio. Es la vieja tradición ironizada al ritmo de un tipo de música que es tan autoconsciente que muchas veces se ha convertido en puro teatro, en una imagen típica de "corpse paint", cruces al revés, sangre, y picos, en una obra carente de guión pero además de improvisación. Además de que con el paso de los años todo permanece igual. Es, en corto, la imagen de los miedos de un grupo de personas, cristianas, acomodadas, yo qué sé, definida no por sí misma sino por ellos. Es decir, los tipos de Gorgoroth no son malignos y satanistas porque así lo crean realmente, sino porque así lo definen esos "otros" contra los que han reaccionado. Como reacción funcionaron y funcionan bastante bien, pero si nos metemos más con su música, pocas cosas de mérito son las que vamos a encontrar. Yo diría que Jamie Saft sabe esto muy bien, sobre todo considerando su historia de moderado éxito en el avant-garde (sí, eso lo convierte en alguien listo, haterz fuck off and go listen to Radiohead), la cual se nota en este disco con creces cuando hace piezas doom directito del infierno como "Kielce" y mete secciones de noise e improv en otras como "Serpent Seed". El caso es que ha creado una puesta en escena sobre otra puesta en escena que es la moralidad, al menos la religiosa, y específicamente la judía tradicional.

En el resultado hay hasta momentos políticos, como "Army Girl", en la que una voz al estilo de Mike Patton grita "army girl / you're driving me crazy" con un soporte de heavy (real fucking heavy) bluesy shit con el que te dan ganas de coger en maneras muy... básicas. Hahaha. Supongo que será referencia a la secuencia de imágenes en forma de propaganda que sacó el ejército israelí en su más reciente invasión a su lugar favorito, en la que se hacía gran gala de lo (¿?)buenas/bonitas/atléticas que eran las chicas militares. Muy objetivizante, muy "moderno occidental", muy pendejo como siempre. En fin, luego encontramos piezas como "Remember", que suenan a metal gótico con todo y vocales femeninas cantando sobre una de las superultramáximes de los judíos actuales e históricos. Ya cuando vemos títulos como "King of King of Kings", el chiste es más obvio. Sobre todo porque quién más va a ser el rey del rey de los reyes si no SATÁN, motherfuckers. Hell yeah.

Suena mucho a Slayer, tiene ritmos de música judía (las partes doom son como las meditaciones largas y solitarias de los rabís, en las que entran casi en trance), luego recuerda a Boris cuando hacían doom, y todo se mezcla perfectamente, tanto que ni cuenta te das de que todo es pura pendejada. Claro, es pura pendejada pero de las buenas, de las mejores, sobre todo porque si a alguien le cuesta trabajo eso de burlarse de sí mismos es a los judíos tradicionales u ortodoxos. Y burlarse chido, no en forma de película gringa. Y no sólo a los judíos, sino también a los metaleros. A veces son demasiado pinche serios. ¿Qué mejor manera de burlarse de ambos si no es combinándolos con gran destreza? Teniendo en cuenta que son algo así como polos opuestos, tradición y reacción, resulta un disco chingón, heavy as shit, y un paso más entre muchos que se han dado en esta "radical jewish culture" promovida por Zorn y su disquera Tzadik. No sé si sea viable otro salto más en este estilo sin que se convierta en algo "serio", como folk-jewish-metal o alguna mamada así sin sentido como el metal cristiano. Por lo pronto, me likey. HAIL SATAN.


Take me to the goat-headed man

1 comentario:

EktoradO dijo...

With Arms Wide Open va a la delantera junto al Metal (¬L¬), creo que es obvio que en un mal día todos quieren cantar las de Stapp