martes, 9 de septiembre de 2008

Burial

Hace un día o dos me topé con un par de artículos sobre Burial que me parecieron interesantes. Algunos de ustedes tal vez lo conozcan. Para aquellos que no, visiten su Myspace y escuchen lo que hay. También está la entrada de Wikipedia, que no dice mucho, pero sirve.

Hasta hace poco tiempo, Burial era un artista anónimo, en el sentido en el que su identidad permanecía oculta al público. Solamente sabíamos que era londinense. Se imaginarán mi sorpresa cuando, buscando información acerca de un posible nuevo álbum, me encuentro con una entrada del periódico The Sun, de Inglaterra, que con aires de victoria anuncia el nombre del artista. Al parecer el pendejo del editor de la sección de "showbiz" (ya desde el título del apartado es pura mala espina, carajo) había lanzado no hace mucho una recompensa sobre la identidad de Burial... parece ser que, bajo la presión de tanta mamada, éste decidió sacar una foto y su nombre en el myspace.

"Bueno, ¿y qué?", seguramente se estarán preguntando. Si les inetersa el "qué", lean esta excelente entrevista hecha hace ya casi un año, con motivo del Untrue. No voy a decir que esta entrevista me haya cambiado la vida, pero sí me hizo pensar en muchas cosas.

Ya que hayan terminado, pues pueden imaginarse por qué el asunto es... grave. El arte de Burial era uno de introspección y aislamiento, la paradójica soledad de las grandes ciudades como Londres y su último reducto de solidaridad: la música, una vaga conexión entre un alguien y la nada, un alguien y el todo. Música que pertenece a nadie, a todos. Música con la cual disfrutamos de auténtica libertad sin asociaciones ni referencias a la industria musical, al radio, a los medios, a los mainstreams. La idea me recuerda a los anónimos medievales, a aquellos que, al menos idealmente, eran guiados por el sentido de comunidad; intentar unir en los sonidos (y la religión) a quienes no tenían ningún motivo para hacerlo, a quienes tenían que ver individualmente por su propio bienestar cada día, cada hora. "¿Quién lo hizo?"... no importa. Lo que importa es el efecto que tiene sobre nosotros.

El anonimato de Burial era algo simbólico, intramusical y nada externo, que definía la esencia de la música en esa compleja red de introversiones sometidas que llamamos sociedad urbana, una esencia que disuelve géneros y deshace diferencias... “What I wanted is to get people singing: girls singing and pitching them down, so it sounds more like a boy singing, and then guys singing, and pitching them up, trying to get them a little more female. You get this weird middle ground and I’m into that.”
En otras palabras, una esencia que deshace sociedades: nos muestra cómo las ciudades se han convertido en sueños tecnológicos en los que participamos tan sólo de manera tangencial; nos inhiben, nos angustian, nos limitan y por lo tanto nos llevan a un único refugio que es cantar como el otro, cantar junto al otro. Ese otro que es tan anónimo, tan solitario como nostros, pero que podemos escuchar, que podemos sentir... que nos da esperanza de seguir adelante.

El imbécil de The Sun no lo entiende. Él sigue pensando en términos de industria musical, de "who's who", de producción, de utilidad, de funcionamiento y de gusto definido por su entorno mediático. Ponerle nombre a Burial era ponerle nombre a la posibilidad de chismes, de estrellato, de más ventas y más producción.

"I hadn’t heard of Burial before his nomination. I’ve now listened to him and love his stuff.

Isn’t that the point of music?

Not according to all the dubstep fans who have emailed crying about their music being stolen from them"

Es triste leer eso de alguien; que el punto de la música, así, en general, sea solamente ser escuchada y enjuiciada en cuanto a gusto. Esos "dubstep fans" tienen toda la razón del mundo - les han robado ese diminuto lugar en el que podían sentirse humanos y lo han puesto a la venta. Recuerdan "Big Yellow Taxi" de Joni Mitchell? La que dice "They paved paradise and put up a parking lot"? En otro contexto, ocurrió algo similar, pero si en esa rola la conexión humana era a través de la naturaleza, en la música de Burial era a través de las canciones en sí. Ponerlas al servicio de la lente de los medios es haber pavimentado el paraíso, es haber convertido algo profundo en motivo superficial, en motivo de Radio Ibero para que los hipsters digan "sí, Burial es buenísimo, espero que venga a México..." y puedan excusar su falta de pensamiento sobre aquello que escuchan con tan poca atención. En palabras más burdas: han convertido a Burial en motivo de una leyenda más en el loading screen de Rock Band.

Y con ello, amigos y amigas, con ello mueren esas conexiones humanas. Deja de ser música, y comienza a ser información. Afortunadamente Burial sigue, hasta cierto punto, en el anonimato. Pero eso no durará mucho. Cuando salga el nuevo disco, los medios van a caer sobre él como buitres, y no lo van a dejar en paz. Lo van a convertir en una estrella, y nosotros, los seres humanos, ya no formaremos parte de la escena.

Por otro lado, puede que esté sobrerreaccionando. Espero que así sea, y que estas noticias no tengan impacto alguno sobre el arte de Burial. Espero que esto sea tan sólo un berrinche elitista, y no más. Es sólo que algunos símbolos todavía son merecedores de respeto.

No hay comentarios: